Para nosotros, es muy simple: todo se trata de armarse con conocimiento. Tulum ha sido durante mucho tiempo un destino codiciado tanto por turistas como por inversores. Estos últimos vieron en él el nuevo destino donde podrían hacer crecer su patrimonio y generar altos retornos de inversión. Con el paso del tiempo, pudimos ver cómo la ciudad se llenaba de manera acelerada de proyectos residenciales que prometían excelentes retornos de inversión a los inversores. Esta situación parecía preocupar a un sector de los inversores de que se estuviera creando una burbuja inmobiliaria.
Para entender esta cuestión compleja, es crucial examinar diversos factores que están influyendo en el mercado inmobiliario de Tulum. Uno de los elementos clave es la densidad de construcción. Como señalan nuestros expertos, una cosa es la densidad de la construcción per se y otra es la densidad de vecinos. Esto implica la cantidad de unidades que se construyen en un área determinada y cómo esto afecta la experiencia de vivir en ese lugar.
En este sentido, es esencial comprender la diferencia entre la densidad de construcción y la densidad de población u ocupación. Mientras que la primera se refiere a aspectos como cuántos pisos se construyen, qué metraje se utiliza y cuántas unidades se edifican, la segunda se relaciona con la cantidad de personas que habitan esas unidades y cómo esto impacta en la calidad de vida y el entorno.
En los primeros años, vimos un aumento en la construcción de proyectos de alta densidad en Tulum, lo que generó preocupaciones sobre la preservación del entorno natural y la calidad de vida de los residentes. Sin embargo, a medida que el mercado inmobiliario de Tulum evoluciona, también lo hacen las preferencias de los compradores y los desarrolladores. Cada vez más, estamos viendo un movimiento hacia proyectos que priorizan la baja densidad y el respeto por el entorno natural. Los desarrolladores están adoptando nuevos estilos y enfoques para crear espacios más amplios y exclusivos, que se alinean con las necesidades cambiantes de los compradores y con el cuidado del medio ambiente.
La mejor amenidad de Tulum es la selva.
Al final de cuentas, el mercado siempre nos marca la pauta. A raíz de la pandemia, se vio cómo la gente quería y estaba buscando espacios más amplios, querían tener esta libertad que estando en confinamiento no tenían. Entonces, el propio mercado se ha estado dando cuenta de que esos proyectos sobre densificados con cientos de estudios pequeños ya no son factibles. Realmente, el lujo que tenemos en Tulum y que tenemos que cuidar es definitivamente la baja densidad.
La baja densidad viene no solamente con qué tanto vas a disfrutar un entorno de baja densidad, viene con cuidar los recursos naturales. Y para muchos inversionistas interesados en exclusivamente el retorno monetario, debemos explicarles por qué optar por proyectos de baja densidad es garantizar su retorno. Apostar por proyectos con diferenciadores ecológicos ayudará a tener mejores retornos, desde la competencia al momento de revender su unidad, hasta prolongar la vida de Tulum como destino turístico.
Finalmente, la burbuja inexistente queda sin argumentos cuando nos vamos a hechos. Tenemos inversión extranjera, financiamiento del gobierno y crecimiento de la población. Se habla de una burbuja cuando el crecimiento es virtual, pero en el caso de Tulum, estamos ante un crecimiento real, con personas reales mudándose, desde nacionales hasta extranjeros, y quizás donde lo podemos ver más claro es con el nuevo aeropuerto.
A medida que nos acercamos a marzo, comenzaremos a tener aerolíneas extranjeras viniendo. Tenemos Canadá, EE. UU., posiblemente Japón, ¡todas las principales! Entonces, ¿realmente estos países decidieron ofrecerse en Tulum si no hubiera demanda? Cuanto más acceso tengas a algo, más personas vendrán.
En conclusión, si bien Tulum enfrenta desafíos en términos de densidad, especulación inmobiliaria y sobre densificación, también presenta oportunidades para el desarrollo sostenible y la innovación en el mercado inmobiliario. Con un enfoque en la planificación cuidadosa, la preservación del entorno natural y el respeto por la comunidad local, Tulum puede seguir siendo un destino deseable para vivir, vacacionar e invertir.
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