En los últimos años ha sido notorio el incremento en la cantidad de personas que deciden cambiar su lugar de residencia a destinos de playa, dejando atrás trabajos fijos, familia, amigos y, ni hablar de las comodidades que conlleva vivir en una gran ciudad. Pero, ¿qué los mueve a hacerlo?, ¿qué hay de cierto en aquella vieja canción que versa que “en el mar la vida es más sabrosa”?
Pues bien, a continuación te presentamos datos científicos, sociales y culturales que respaldan esa apreciación de la vida cerquita del mar:
- Más serotonina, menos estrés
Un estudio publicado en la revista LiveScienceindica que la ionización negativa de la brisa hace que aumenten los niveles de serotonina en el cuerpo —el neurotransmisor encargado de nivelar los estados de estrés— y con ellos disminuya la ansiedad.
- A respirar mejor
El alto contenido mineral de la brisa marina mejora el escenario para pacientes con cuadros respiratorios crónicos, sin mencionar que la humedad ambiental mejora las mucosas.
- Protección contra infecciones y mejor metabolismo
El yodo, presente en la brisa marina tiene funciones bactericidas por lo que contribuye a tener menos incidencias de infecciones respiratorias y oculares. También el yodo estimula el metabolismo tiroideo y una mejor absorción de algunos nutrientes.
- Mejor presión arterial
Mientras más cerca estamos del mar, la columna de aire sobre nosotros es más grande, por lo que la cantidad de oxígeno de la que disponemos es mayor. Este nutre nuestros órganos y tejidos por lo que nuestra presión arterial tiende a mejorar.
- Mayor actividad física
El vivir cerca del mar nos brinda la oportunidad de llevar a cabo actividades al aire libre de manera continua y constante, por lo que esto incide en la condición física y de salud.
- Vivir de vacaciones permanentes
¿Cuántas veces, atrapados en nuestra oficina, ansiamos por la llegada del verano para poder escapar a algún destino paradisiaco? Pues bien, cuando vives en la playa solo es cuestión de tomar tu toalla y tus sandalias y dirigirte a la playa más cercana, el día que quieras. Incluso si trabajas en una oficina puedes hacerlo al salir o os fines de semana.
- Menos tráfico
Al tratarse de ciudades regularmente pequeñas, llegar a tu destino no toma más de 20 minutos, lo cual es el sueño de cualquier habitante de una gran ciudad.
- Contacto permanente con la naturaleza
Despertar y ver por la ventana el mar, abundante vegetación o bien, escuchar el sonido de los pájaros por la mañana, poder presenciar amaneceres y atardeceres como parte de tu agenda cotidiana genera un estado de paz mental y gratitud inmejorable.
- Una vida con menos revoluciones
Puede ser por tratarse de ciudades regularmente pequeñas o por el extenuante calor, pero la vida en la playa corre más lento. La gente no vive en prisa constante, lo cual puede ser un gran atractivo para aquellos habitantes de las grandes ciudades que buscan huir de su caos.
Entonces sí, la vida en el mar es más sabrosa, así es que si estás considerando mudarte a algún destino diferente, la playa debería de estar arriba de tu lista. ¡Solo necesitas decidirte!